miércoles, 8 de octubre de 2008

Gripe



Esta noche lo decidí… te dejo, a ti y a todos. Siempre pensé en que aquél que sintiera la necesidad de quitarse la vida erraba, ignoraba el valor del viento, del agua, del sol. Esta noche decidí que no es así, que los tréboles por cuatro hojas que tengan no dan suerte, que el horizonte es un engaño, que un ‘te quiero’ es falacia. No te veo feliz, ¿quién es feliz aquí?, la derrota nos agobia, la victoria nos disfraza, la mediocridad nos comuniza.

He elegido mi medio, mi salida, mi escape. Ataré todos los odios de este planeta, todas las maldiciones y envidias… todo forma poco a poco una soga que recorre mi cuello, me incita a brincar y acabar de una vez por todas este martirio. Me detengo al borde del abismo, me detienen las miradas, las palabras, la sinceridad.

Cambio entonces mi arma, forjo a fuego y piedra el cuchillo de la hipocresía, del cinismo y la mentira, el abuso y la arrogancia… penetro mis pulmones, mis riñones, pero aún antes de terminar, dejo de hacerlo, me detiene el pestañeo, la respiración, un suspiro.

Colecto entonces las balas que me acabarán, la estupidez, la tristeza, el abandono; todas entran una a una, todas giran al compás que marcan mis dedos, huele a hierro, a porquería. Mis piernas, mis brazos, todos inútiles por los disparos; atraviesan mi cuerpo tan fácil, tan duro, tan bien. Me detienen las montañas, la lluvia, el calor y el río.

Falsifico ahora la receta que obtendrá esos sedantes, esos asesinos comprimidos; dos de irracionalidad, una de parcialidad, tres de injusticia y media de pendejez. Trago un par, el horror recorre mis venas, paraliza mis sentidos, comienzo a alucinar, alucino que alunizo, alucino que revivo, alucino que fornico… alucino que detengo. Me detienen sus pasos, las risas, el brillo, su mano y cuanta melodía me trastorna.

Caigo entonces, maltratado, sangriento, vomitado y débil. Me levantan mis orígenes, los abrazos, los regalos y las luces. Me levanta la ignorancia, ignorancia del futuro, de la continuidad de esta mierda, de la relación entre felicidad y deseo, entre felicidad y mareo, entre felicidad y tristeza. Al final... al final me mata la pinche gripe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

nice ;) (Y)